UN MUNDO MENTIROSO

LAS CONSECUENCIAS DE TENER UN PRESIDENTE SIN CONOCIMIENTO SON NEFASTAS PARA CUALQUIER NACIÓN, ZAPATERO NO FUEDE SEGUIR GOBERNANDO DEBE DE DIMITIR ESPAÑA Y LOS ESPAÑOLES NO SE MERECEN LO QUE ESTA HACIENDO.

miércoles, 19 de abril de 2006

VIVIR DE LA SOPA BOBA



LA SOPA BOBA
Gracias a los políticos, en adelante tendremos "artistas" subvencionados, paniaguados, gentuza que vive de la sopa boba y que se limita a recoger su cheque todos los meses, vendan o no, así insulten o escupan a lo que se suponía era su mercado. La sopa boba era el conjunto de guisos mezclados que sobraban de los platos servidos del menú diario de una posada, y que se daba a los denominados "sopistas", a cambio de alguna pieza musical, verso o trova. Curiosamente, esos "sopistas" veían una relación directa entre el trabajo realizado y la recompensa percibida. Hoy en día, "vivir de la sopa boba" es una frase que se aplica a los que, en lugar de obtener unos rendimientos derivados de su trabajo, consiguen vivir sin trabajar, reciben algo a cambio de nada o, en general, pueden dedicarse a lo que les dé la gana porque tienen sus necesidades perfectamente cubiertas. En nuestro país se acaba de tomar la decisión de reformar la ley de propiedad intelectual, con el fin, entre otras cosas, de proporcionar a las sociedades de gestión de derechos de autor una serie de ingresos presuntamente compensatorios en forma de canon que se cobrará a los consumidores cada vez que adquieran determinados artículos como escáneres, copiadoras, faxes y soportes de grabación como CDs o DVDs. A partir de ahora, la vida de las entidades de gestión de derechos, que vienen a ser quienes han dictado, línea por línea y letra por letra esa reforma de la ley a unos políticos ignorantes que se han negado a escuchar la voz de los consumidores –que vienen a ser, precisamente, sus votantes– va a ser mucho más sencilla. La cuestión resulta particularmente oprobiosa cuando la comparamos con sus antecedentes históricos: en el viejo ejemplo de los aguadores, que obviamente se quedaron sin trabajo cuando se decidió instalar tendidos de ca?erías, a ningún idiota se le pasó por la imaginación imponer un canon al uso de los grifos para proteger así un oficio que ya no era necesario. ?Significó eso el fin del negocio del agua? No, por supuesto. La industria innovó, y hoy tenemos empresas potentes que ganan mucho dinero vendiendo agua embotellada, aunque esta está perfectamente disponible cada vez que alguien abre un grifo. Tampoco hubo ningún idiota que pretendiese imponer un canon a las imprentas para así financiar los monasterios que se dedicaban al miniado de libros y, sin embargo, la edición de facsímiles y la artesanía derivada son una interesante industria hoy en día. Históricamente, la tecnología ha ido convirtiendo determinados oficios en innecesarios, pero siempre ha habido oportunidades para la creación de valor a partir de las transformaciones por ella generadas. El valor, de hecho, sigue perfectamente la primera ley de la Termodinámica enunciada por Lavoisier: no se crea ni se destruye, sólo se transforma. ?Qué novedades aporta la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, a partir de ahora conocida como "Ley de la Sopa Boba"? Realmente, muchas. La primera y más importante es la constatación de un divorcio entre la clase política y la ciudadanía. Al aprobar el texto de la reforma por unanimidad, la clase política ha renunciado a defender los intereses de sus votantes, y ha decidido defender los de una serie de "artistas" que, dotados de una impresionante capacidad para el lobby y la influencia, han sido capaces de determinar la composición de una comisión en la que los usuarios brillaban prácticamente por su ausencia, mientras que esos "artistas" y sus afines, las industrias discográficas y las entidades gestoras de derechos, dominaban de manera evidente. Si alguien alguna vez creyó que votaba a los políticos para que defendiesen sus intereses, que se olvide de tama?a ingenuidad: los políticos están para defender los intereses de otros, de los pocos que en este país afirman "vivir del arte", frase que a partir de ahora habrá que sustituir por "vivir del cuento". Lo segundo que aporta la reforma de esta ley es la incapacidad de los políticos para entender cualquier principio relacionado con la innovación y las leyes del mercado: al aprobarlo, han eliminado la necesidad de que una industria innove, se ha decidido concederle el privilegio de la sopa boba, el de permitirles vivir del cuento, vendan o no. Principios tan básicos como el respeto a los clientes, el hacer productos que tengan un mercado, o el que existan incentivos para la mejora continua han sido radicalmente ignorados para, presuntamente, proteger a unos "artistas", que ahora tendrán derecho a comer, vendan o no. En realidad, además, no se protege a los artistas (a los de verdad), sino sólo a unas entidades a las que arbitrariamente se les ha concedido el derecho a decidir a quien promocionan y a quien no. Aquí no importa ser buen o mal artista, sino únicamente tener lo que hay que tener para que le metan a uno en el sistema. Cualquier ilusión de proporcionar un incentivo a la industria de los contenidos para que mejore y pueda crear una oferta por la que el mercado esté dispuesto a pagar ha desaparecido. ?Adam Smith? ?Para qué, teniendo a tan preclaros economistas en el Parlamento? Gracias a ellos, en adelante tendremos "artistas" subvencionados, paniaguados, gentuza que vive de la sopa boba y que se limita a recoger su cheque todos los meses, vendan o no, así insulten o escupan a lo que se suponía era su mercado. Cada vez que tenga usted delante a uno de esos "artistas de la subvención", intente visualizar todo el dinero que le habrá estado sustrayendo de su bolsillo cada vez que compraba determinados artículos, escuche o no su música, vea o no sus películas, y mírelo con el desprecio que se merece. El desprecio que merece alguien que, incapaz de vivir de vender productos a un mercado como hace la gente decente, se ha montado un chanchullo semejante a base de enga?ar a políticos ignorantes. Políticos que, además, se irán a la cama creyendo haber apoyado al arte. Dentro de un a?o echaremos cuentas de cuanto dinero ha supuesto el canon, de en qué manos ha terminado, y de cuánto se ha apoyado realmente al arte. ?Dónde está realmente el "arte" de esos "artistas"? En haber sido capaces de convencer a unos políticos inútiles y mal documentados para que a partir de ahora les permitan vivir de la sopa boba.

VIVIR DIGNAMENTE



Vivir con dignidad

Si yo estoy secuestrado y mis secuestradores me proponen la libertad a cambio de cortarme las piernas y los brazos, prefiero morirme en el encierro. Si, en lugar de negociar conmigo, le preguntan al alcalde de mi ciudad y él decide por mí, mi vida, mi libertad, etc, me pongo como un basilisco con el alcalde. Esto último es lo que acaba de hacer ETA. Ha decidido no matarnos a cambio de destrozar España, de derribar el estado de derecho y de muchas cosas más que no enumero. Y Zapatero se ríe; se ríe como la princesa Eulalia. Y los otros del gobierno con 1.700 ahogados en su cuenta también se ríen, no con la princesa Eulalia, pero sí con la langosta en el plato. El chalaneo de ETA y el gobierno me revuelve las tripas. Los 1.700 ahogados me las encogen. La gente de ERC que presume de honesta me da arcadas. Viven del momio del dinero público. Viven a golpe de chantaje. Viven a costa del hambre de otros hombres. Viven del informe que no hacen o que simulan que hacen y que siempre cobran. Tres informes ha cobrado Montse Palau, esposa del Consejero Bargalló, uno Jaume Vernet, o sus amiguetes de ERC. Buele, de la misma cuerda, cobró 24.593,50 € por un análisis sobre la situación lingüística en las Islas Baleares. Joseph Bargalló y su Departamento pagaron 15.000 € por un trabajo sobre el uso del catalán en internet, 20.080 por lo mismo en Andorra, 4.120 por un “idem” en la ciudad de Alguer. Y a esto le llaman dignidad democrática y gobierno de un país. Suma y sigue el asalto a los ciudadanos. Empar Pont, teniente de alcalde de Reus, ERC, por un ataque de cuernos porque El Corte Inglés abría un centro en Tarragona y no en su pueblo, pontificó y dijo que El Corte Inglés era “caciquil” debido a “su trayectoria histórica” porque se trata de una “empresa de capital español y de derechas”. Me pregunto: Cómo se pueden decir impunemente hoy tantas barbaridades en España, cómo el Fiscal General del Estado puede prácticamente dar vueltas de tuerca sobre un juez para que no se haga justicia, para que se convierta en prevaricador…, cómo, cómo, cómo… Pues porque manda ETA, manda Bargalló, manda Pepi?o, manda el bachiller Montilla, manda Mas, manda Puigcercós, manda el Asaltapiscinas, manda Empar Pont. Mandan y engordan. Zapatero es presidente porque los españoles se asustaron ante la sangre de 192 muertos por bombas en trenes y Zapatero sigue con sangre y muertos. Sigue sin haber lavado la mancha porque siguen las incógnitas en pie. Siguen 11 muertos en el incendio de Guadalajara. Siguen los muertos del helicóptero en Afganistán (sin guerra), tal vez el de Haití (sin guerra) y los casi 1.700 ahogados por no negociar con Mauritania las medidas necesarias para impedir la catástrofe. Zapatero y sus muertos. Zapatero y los que morimos en vida en España. Zapatero y España anestesiada. ?Cuántos días de vida le quedan a España si Zapatero sigue en sus conciertos de música? Música, maestro.
Para Sonsoles.

PRINCIPIOS



HORA DE PRINCIPIOS

Supongo y creo que todos los momentos de la Historia de la Humanidad han sido vividos por sus hijos coyunturales como tremendamente decisivos, inequívocamente definitivos y profundamente transcendentes. Deduzco que es algo que irá en la naturaleza humana el otorgar al tiempo que uno habita el carácter de capital, y adivino también que tendrá que ver con la necesidad de poner a uno mismo en la importancia que merece el vivir tan solo una vez. Lo cierto es que, una vez repasados con la serenidad que da la distancia temporal, se descubre que hubo momentos más cruciales que otros. Yo, por supuesto, tengo esa misma sensación. Puede que sea mi mortal condición la que me lleve a ello, o puede que la coyuntura histórica que vivo sea realmente extraordinaria; en cualquier caso, el tiempo lo dirá.
De lo que sí tengo la convicción absoluta, es que el tiempo que vivimos está profundamente necesitado de principios, y de coherencia. La Política puede ser definida de varias maneras; la más elemental tiene que ver con su vocación de servicio a la comunidad, y se basa en principios que se proponen como idóneos para la organización social y la satisfacción de necesidades. Cuando la Política es eso, servicio basado en principios debatibles, objeto de discusión ideológica y presentables ante un electorado, alcanza su grado de cumplimiento final más alto. Existen, por el contrario, otras definiciones que hacen de la Política el arte de lo posible, el peritaje en la conformación multiforme de la realidad con el objetivo del Poder. Llegados a este caso, en el que lamentablemente nos encontramos en Espa?a, la Política deviene en una industria poco decorosa y sólo posible en una sociedad que haya sido desprovista por el apego a los principios que ha de demostrar quien pretenda gobernarla mediante el sufragio. El amor al relativismo, las frases huecas y biensonantes que pretenden enunciar principios o la abundancia desmedida de sucedáneos de éstos, sólo es posible en un cuerpo social que haya perdido el Norte y se ancle al primero que la diga qué bonitos ojos tienes.
Pero es así, vivimos sumergidos en un nihilismo relativista que convierte en objeto de cambio y negociación a valores capitales, y que presume falsariamente de apoyarse en otros que ni existen, ni realmente se practican o pasan del simple enunciado. El Ansia Infinita de Paz, el Talante o el Mejoramiento Social de los Humildes, la Alianza de Civilizaciones, son ejemplos claros, pero existen otros más peligrosos para generaciones futuras consistentes en la idealización de periodos históricos a base del trampeo de la propia Historia, que si para algo sirve es para ense?ar los yerros que no se han de volver a cometer.
En eso estamos mientras el partido que nos gobierna hace de forma descarada un trueque entre los principios y las frases hechas que rellenen la conciencia de una sociedad cada vez más a la deriva, más necesitada de agarraderas y más proclive al encantamiento por la vía de lo fácil, biensonante y carente de compromiso. En este caso, el ejercicio de la Política se encuentra en su pleno apogeo como arte de lo posible. Pero hete aquí que aquella otra opción partidista a la que muchos espa?oles miran como la del servicio basado en principios, prefiere acercarse a la supuesta realidad social antes que ofrecer un proyecto; prefiere mirar las cosas desde el “cómo son” antes que plantearse su “deber ser”, elige abarcar sin apretar; opta por resultar amable con la verdad oficial imperante antes que emprender una supuesta travesía del desierto que deje huérfano su ejercicio político como arte de lo posible. Y diversos sectores de la oposición se tientan la ropa antes de criticar el Estatuto de Catalu?a; otros se presentan a celebrar con boato monegasco en una boda homosexual a sabiendas de que su partido ha recurrido tales uniones ante el Tribunal Constitucional. Y el ciudadano, el que mira a esa opción política como su asidero, percibe una incoherencia que le hace perder el interés por toda participación en la vida pública para concluir que, por mucho que le acaloren, le pongan en el disparadero y le convoquen a manifestaciones, su lucecita no es otra que la versión ilustrada del arte de lo posible.
No se pueden causar determinadas decepciones, ni pretender abarcar tanto para apretar menos. La sabiduría popular nos habla de los abarcadores que no aprietan, y yo tengo la profunda convicción de que la mejor manera de acabar abarcando es por la vía de apretar. No necesitamos un partido político en el Gobierno que ha mucho que dimitió de los principios, pero menos una oposición que haga gala de sus complejos y de su prisa asumiendo una suerte de dogmas progres en los que no creen sus apoyos sociales. Esto no es así, ni puede funcionar. No puede funcionar porque si el único principio que conoce el Presidente del Gobierno es ese “principio del fin” que habrá de darle la mayoría absoluta, lo que necesita la otra Espa?a es alguien que le diga que no va a tolerar ciertos principios que tienen muy descarados fines. Y se ponga a ello. Lo que hace falta es que alguien ejerza un liderazgo social basado en algo más que baratillos, fundamentado en todo aquello que nos trajo a donde llegamos, por la vía de pocos, pero innegociables principios que nos sostuvieron en momentos difíciles, nos confirmaron como la revelación de la temporada y nos colocaron en la palestra de la admiración ajena.

Lo demás, no son principios, son fines, en su acepción de final. De última etapa.

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